A: Me llamó la atención un día que iba en el coche y los pusieron en el radio. Después una oleada de alabanzas le pisaron los talones al final de la canción. Los locutores se esforzaban por exagerar lo bueno del grupo, o eso me pareció al principio. No lo pensé mucho, llegue y bajé el disco y esa "lluvia de guitarras" que los señoritos estos describían realmente ocurrió y me dejó buen sabor de boca. Bueno, muy bueno.
T: Bajo el mantra Un peu d'air sur la terre (perteneciente a la campaña de publicidad de Lacoste) comienza la fascinación progresiva y envolvente de Antidotes. No es un ritmo atrabancado y sin embargo, adictivo. Es imposible no querer escuchar un poco más, inevitable no levantar el brazo derecho y agitarlo al compás del beat de la canción. Sin interrumpciones en el recorrido comienza Cassius, fuerte, realista, con tintes pesimistas que se contradicen con su cadencia natural. El llamado math rock se materializa en canciones como Red Sock Pugie, Ballons o Two steps, twice, donde la precisión y el cambio repentino de secuencia sorprenden y agradan, una mezcla de new rave y shoe-gazing llena de lyrics que a simple vista se escuchan simples pero no lo son... Enérgico es el término idóneo para describir la cabalgata en la cual este quinteto de Oxford nos involucra, llena de cuestiones y altibajos emocionales respaldados por melodías cortantes. Tron cierra el disco, recordando el por qué Foals es una de las mejores bandas nuevas del 2008: bienvenidos al abismo/ there's the antidote. This love is foreign - why don't we quieten down?